martes, 25 de marzo de 2008

Farruquito ya sólo va a la cárcel a dormir


Pues resulta que Farruquito ha conseguido el tercer grado penitenciario... una vergüenza, válgame, seguro que es porque los socialistas están negociando políticamente con la familia Montoya.


Nadie niega que Farruquito cometiera un delito, homicidio imprudente en este caso. Pero eso lo dicen los jueces, no se hace juicio público en la hoguera televisiva. Por ello, me alegra que la justicia siga su marcha, y que Juan Manuel Fernández Montoya cumpla su condena, pero también me alegra que nuestro sistema tenga los mecanismos necesarios para que los/as ciudadanos/as que estén presos, puedan disponer de diferentes medidas tendentes a facilitar el cumplimiento de dicha condena. Por eso me alegro, porque una persona que ha cometido un delito, que cumple condena por ello, y que dudo vuelva a delinquir (sé que es una apreciación subjetiva, pero así lo pienso, y querría decir que al menos en este caso, nuestro sistema cumple su papel), es, desde ayer, un poquito más libre, libre a tiempo a parcial, y puede pasar la mitad de su tiempo fuera de ése infierno que es la cárcel, un lugar necesario, pero indeseable.
P.d. Realmente el post era para hacer la broma de las primeras líneas, pero uno no puede evitar hacer párrafos como el segundo para hablar de ciertas convicciones (por las que seguro hay críticas).
Suena: "La Libertad", Andrés Calamaro

1 comentario:

José Enrique Carrero-Blanco Martínez-Hombre dijo...

El objetivo que tiene nuestro sistema penal es el de reinsertar a los convictos en la sociedad, ello implica que las penas impuestas eviten que reincida. Este principio constitucional falla cuando hay personas que no están preparadas para reinsertarse porque tienen una enfermedad mental que les impide reinsertarse, y en eso falla el sistema no hay previsión legal que, por recomendación psiquiátrica, el juez de lo penal interne a una persona en un centro habilitado para ello. Existe, por tanto, una laguna, y que sería bueno adoptar alguna medida al respecto.

Pero en nuestra sociedad tenemos un problema y no es otro que los medios de comunicación no sabe mucho o nada de Derecho e informa de tal manera que la gente acaba pènsando que la justicia es de una manera que no se ajusta a la realidad. Un claro ejemplo es cuando se informó sobre las famosas 70 puñaladas no consistuyen ensañamiento según rezaba una sentencia. La ignorancia del informador sobre la realidad del art. 139.3 CP provocó un linchamiento público del juez.