lunes, 28 de enero de 2008

Comenzando 2008

Empiezo 2008 con bríos, dentro de mi circunspección habitual, salerosos, (como la malagueña de la B.S.O. de Kill Bill pero sin bonitos ojos negros). Tengo nuevos retos, nuevos proyectos para desarrollar mi vida en lo personal o profesional (que grande me queda esa palabra) en los que espero no estrellarme, y nuevas responsabilidades en el ámbito político, algo que si sóis gente avispada y visitantes habituales (no sé yo si tendré de eso) habréis notado simplemente echando un ojo a la presentación que hago mía en este blog.

El último fin de semana de noviembre se celebró el congreso de Juventudes Socialistas de Asturias en el que se eligió una nueva ejecutiva, de la que tengo el honor de formar parte, como Secretario de Política Institucional. Además, algo que va muy ligado a este proyecto autonómico, desde el pasado Congreso Federal de JSE (en julio, pero, en fin, mitad despiste mitad vagancia se me olvidó comentarlo) soy miembro del Consejo Político Federal representando a Asturies.

Podemos decir que este congreso de JSA ha significado una patada a los modos políticos que venían dominando la organización, y no mentiríamos ni caeríamos en la inmodestia si dijéramos que una generación de políticos hemos acabado con ciertas dinámicas perniciosas que no hacían más que paralizar una organización cuyo sitio ya de por sí es difícil, en tanto organización juvenil del partido del Gobierno. Al frente, como secretario general, el voto unánime de la organización eligió a Nino Torre. De Nino puedo decir que le conozco hace tiempo y es, lo primero, un buen tío, y no quiero parecer pelota porque sea mi secretario, lo digo por lo de antes, porque le conozco hace tiempo (en modo day y en modo night, o debatiendo documentos y tomando unas copas, en todo cumplimos los/as jóvenes socialistas). Además, políticamente tiene claro que quiere conseguir hacer de JSA una organización fuerte, con criterio político, vertebrada territorialmente, y con una militancia formada y preparada para dar respuesta a los nuevos retos. Por ello, en fin, uno se encuentra muy contento de formar parte de un proyecto que recoge unas aspiraciones con respecto a su organización en las que lleva creyendo mucho tiempo, y de poder trabajar para conseguir todo ello. Y, porqué no, orgulloso de estar dentro de la ejecutiva regional de la organización en la que lleva trabajando mucho tiempo desde el ámbito local.

Supongo que habrá quien piense (si me apuráis lo pienso yo) que este post no tiene mucho sentido toda vez que han pasado casi dos meses después del Congreso de Llanera, cuando la Ejecutiva elegida estamos ya en plena ebullición, pero nunca sobra hacer mención a ciertas cosas cuando son importantes. Además, si mi ilusión en el Congreso ya era grande por estar en la Ejecutiva de las Juventudes Socialistas de mi -permitidme una licencia quienes ya me conocéis y buscad la palabra en el diccionario quienes no- país, que es Asturias, ahora, visto el clima de trabajo y lo bien que por el momento estamos empezando a rodar, no puedo estar más que contento: Jornadas de Igualdad, preparación campaña electoral, Escuela de Formación, rediseño página web, participación (y muy activa) en Conferencia Política JSE debatiendo el programa electoral…

Por otra parte, tras el Congreso Regional deben, estatutariamente, celebrarse las asambleas locales de elección de Comités Locales. Por ello, el día 22 de diciembre, considerando que el relevo forma parte fundamental de una organización como esta, abandoné la que ha sido la responsabilidad política de la que más orgulloso me sentiré en toda mi vida, como es la Secretaría General de las Juventudes Socialistas de Oviedo/Mocedaes Socialistes d’Uviéu. Comandar una agrupación local de las JS es una experiencia gratificante y que llena a cualquiera, en la que además se aprende a hacer política de la buena, y más si ésa agrupación es JSO. JSO es, y está mal que yo lo diga, una agrupación de referencia en Asturies, y una organización con voz propia dentro de la ciudad, con un discurso fuerte y consolidado en las ideas y propuestas, ágil y dinámico en la respuesta a la actualidad y en la translación de su opinión, y en la organización de actividades. Una agrupación, una organización, que forma a su afiliación para el desarrollo de la actividad política y que hace política con mayúsculas, con un sitio, como comentaba propio y destacado dentro de la vida política municipal. Yo he tenido la fortuna de ser el Secretario General durante casi cuatro años, de crecer políticamente, aprender, compartir experiencias y conocer gente que valen no ya cuatro, sino cuatrocientos años de mi vida. Ni siquiera las malas experiencias, los momentos malos, los objetivos que parecen no cumplidos, logran descompensar la balanza. Una balanza en la que pesan más las ganas puestas en trabajar por la ciudad que quiero (en presente -porque es en la que nací-, y en futuro - porque quiero cambiarla-) que cualquier otra cosa, en la que lo importante ha sido eso, poner todo el empeño para que Oviedo deje de ser el páramo político que es, en el que no se habla de política, no se hace política, no se ofrece cultura, ni debate, ni existe una acción ilusionante desde su equipo de gobierno, donde todo es improvisación y chabacanería.

Cuando cogí las riendas de la agrupación, mis miedos eran aparte de grandes, más que lógicos, mis predecesores, personas a las que admiro profundamente, me habían dejado el listón muy alto. No voy a decir que lo haya superado, pero estoy contento con el resultado, he dedicado un tiempo precioso a mi organización que para mí nunca habrá sido perdido, y desde JSO hemos contribuido, en estos últimoo años, y en la medida de nuestras posibilidades, a proporcionar espacios de debate y reductos culturales en una ciudad muy falta de ellos, así como hemos puesto sobre la mesa nuestras propuestas de lo que queremos que sea nuestra ciudad, y siempre con un toque joven, con un puntín de irreverencia:: aun recuerdo -por citar algunos momentos- la risa del funcionario del registro cuando le reglamos el casco de bici a Gabino, la inquietud de miembros de la prensa dándose cuenta de que si le regalamos lotería a la concejala de Igualdad… podía tocarle, o el precioso calendario que le regalamos al concejal de Juventud para recordarle los impresentables retrasos en las subvenciones de juventud (con una imagen de “El Grito”, de Munch, mira que me gustaba!). Ya digo, sólo por citar algunos momentos, porque podría hablar de las Jornadas sobre Igualdad de Opción Sexual (con esa magnífica presentación en la fiesta del cierre) y la calurosa acogida que tuvieron entre los amigos/as de XEGA, las diferentes ediciones de las Jornadas Culturales JOVETENSE en las que rizábamos el rizo intentando ofrecer con nuestros limitados medios una programación cultural diversa y de calidad (podría decir que los mejores grupos de Oviedo han tocado para nosotros/as, con esa espinita clavada de los Amon Ra…), las reuniones con colectivos inmigrantes en campaña, la celebración de nuestro Centenario (JSO fue, en abril de 1904, la primera de las agrupaciones de las Juventudes Socialistas que se creo en Asturies, y una de las primeras de España, tras algunas pioneras encabezadas por Erandio, a finales de 1903) juntando a militantes de distintas épocas… Podría seguir (porque hemos trabajado mucho en este tiempo) y citar decenas, cientos quizás, de momentos que, como estos, bien podría valer cada uno cuatro años enteros, y que, por suerte, he podido vivir multiplicados varias veces por haber sido elegido en su día por mis compañeros/as para ocupar la secretaría general de la agrupación de Oviedo de las Juventudes Socialistas, algo de lo que siempre presumiré.

Como no voy a extenderme más, para cerrar enlazaré esto con otro tema que tengo inexcusablemente que tocar en este blog, como es la muerte del grandísimo Ángel González. Uno puede presumir de tener la suerte de que el poeta con el que aprendió a valorar la poesía sea paisano suyo. Una pena que los jóvenes poetas se nos vayan, dejando el doloroso vacío que sólo dejan aquellos que nos hacen el mundo más habitable, y más comprensible. Para muestra, sirva de homenaje el poema con el que obsequié en forma de marcalibros a los miembros del Comité Local en la asamblea en que dejé mi cargo de Secretario de JSO. Hubiera preferido no poder permitirme esta licencia, y que el poema se hubiera quedado como simplemente la elección que hice aquel día en que pensé en tener un detalle con los/as compañeros/as que me han ayudado (y aguantado), pero unas semanas después, Ángel González se nos iba. Quizás se marchó agobiado de que esta ciudad nuestra siga siendo igual de gris que la triste Ciudad Cero del poema, o quizás sigue estando ahí, esperando que hagamos algo para que Oviedo, como se merece, tienda al infinito…

CIUDAD CERO

Una revolución
Luego una guerra
En aquellos dos años —que eran
la quinta parte de toda mi vida—,
ya había experimentado sensaciones distintas.
Imaginé más tarde
lo que es la lucha en calidad de hombre
ero como tal niño,
la guerra, para mí, era tan sólo:
suspensión de las clases escolares,
Isabelita en bragas en el sótano,
cementerios de coches, pisos
abandonados, hambre indefinible,
sangre descubierta
en la tierra o las losas de la calle,
un terror que duraba
lo que el frágil rumor de los cristales
después de la explosión,
y el casi incomprensible
dolor de los adultos,
sus lágrimas, su miedo,
su ira sofocada,
que, por algún resquicio,
entraban en mi alma
para desvanecerse luego, pronto,
ante uno de los muchos
prodigios cotidianos: el hallazgo
de una bala aún caliente,
el incendio
de un edificio próximo,
los restos de un saqueo
—papeles y retratos
en medio de la calle...
Todo pasó,
todo es borroso ahora, todo
menos eso que apenas percibía
en aquel tiempo
y que, años más tarde,
resurgió en mi interior, ya para siempre:
este miedo difuso,
esta ira repentina,
estas imprevisibles
y verdaderas ganas de llorar

Ángel González, Tratado de urbanismo. 1967