jueves, 21 de junio de 2007

¡Feliz Día de la Música!

Llevo unos días sin actualizar, sobre todo porque se me amontonan las cosas, los temas que tratar, y me cuesta decidirme. Así, la ruptura de la tregua de ETA, o los resultados de las elecciones, son, entre otros, temas que no he tratado y debería, pero con tranquilidad, y aunque no prometo nada, a ver si encuentro un hueco. De momento, la mejor excusa para actualizar me la da la publicación de un artículo mío en el diario La Nueva España, acerca de la intención del Alcalde ovetense de acabar con cualquier tipo de fiesta y/o expresión musical en el municipio (aunque se escude en el tema del ruido, se suprimen hasta las actuaciones en recintos cerrados como el Auditorio), que no sean las de las fiestas de San Mateo. Es decir, si la programación cultural en lo que se refiere a música ya era insustancial, ahora pasa a ser inexistente, con la excepción de una semana al año, en la que seguramente tendremos sobresaturación de éxitos del verano, selección de radiofórmulas, o folclóricas con problemas de dinero (que, ojo, un poco de cada cosa está bien, pero también hay otros mundos... y están en este!).

En fin, y ya que es el Día de la Música, un recuerdo para el Fary, de verdad. Puede que su música no fuera de mi agrado, y nunca compraré o grabaré un disco suyo, pero era un artista que ha llevado la alegría a mucha gente, y eso es -sin ninguna duda- lo mejor que puede hacer una persona.

El artículo es el siguiente, os dejo el texto y el
vínculo:

¡Feliz Día Europeo de la Música!

Hoy, 21 de junio, se celebra el Día Europeo de la Música. Esta celebración nace en el año 1985, para promover el intercambio cultural entre los pueblos de Europa a través de la música. La experiencia se fundamenta en tres principios: gratuidad, diversidad (abierta a todos los tipos de música), y participación (abierta a músicos profesionales y amateur y con celebración en espacios abiertos).

¿Toda Europa está celebrando este día? No, en el norte de España existe una ciudad que se empeña en seguir siendo de provincias, y en la que su Alcalde anuncia que emprenderá una cruzada contra el ruido. Para la mayoría, cuando oímos la palabra ruido se nos viene a la cabeza un tubo de escape de moto “trucado”, un martillo de obra agujereando una calle, el sonido de claxon impaciente en un atasco en hora punta… Si nuestro alcalde cumpliera la premisa de lo que la mayoría pensamos que es ruido, quizás ésa cruzada que nos anuncia fuera beneficiosa para Oviedo. Quizás, ya digo, pondría De Lorenzo su empeño en acabar con el tráfico mejorando el transporte público o fomentando su uso a través de la integración de Oviedo en el Consorcio de Transportes del Principado. Puede ser, porqué no, que también cesara en su empeño tunelador y nos evitara a los ovetenses obras que causarán molestias y, sobre todo, ruido. Pero no, quien quiera irse fuera de Oviedo en transporte público que sepa que tendrá que seguir añadiendo –a diferencia del resto de concejos asturianos- el extra del precio del transporte municipal al del desplazamiento que quiera realizar (suplemento este con el que nos obsequia el Alcalde que luego nos quiere convencer de que estamos cercados). Y no, aunque el Alcalde ya haya reconocido que el Ayuntamiento no tiene dinero para pagar las losas y recontralosas que fueron eje de la propuesta electoral del PP ovetense, este obstáculo no servirá sino para crear un nuevo episodio de ése cerco que De Lorenzo se inventa, fomentando interesadamente el enfrentamiento. “¿Que no quieres pagar los proyectos que yo prometí en campaña? Pues entonces estás marginando a Oviedo”.

Resumiendo: que no, que el ruido no parece impedimento cuando de obras y hormigón se trata. Por muy sorprendente que parezca, cuando De Lorenzo habla de acabar con el ruido se refiere a la música, y de un plumazo deja a los ovetenses sin Noche de San Xuan y sin Festival de Jazz. Así comienza su mandato: acabando con una tradición como la celebración del solsticio de verano (ni xanes ni cuélebre saldrán este año por Oviedo), y con la única excepción que hacía aflorar una cierta esperanza de que la programación cultural ovetense abandonara el plano devenir en el que el desdén municipal la ha sumido. ¿Motivos? Si es por el ruido que argumenta el Alcalde no se entiende porqué se suprimen también las actuaciones del Festival que iban a llevarse a cabo en el Auditorio Príncipe Felipe. ¿Con qué quiere entonces acabar nuestro Alcalde, con el ruido o con la música? El ruido, según la RAE es un “sonido inarticulado, por lo general desagradable”; la música, en palabras de Victor Hugo, es “ruido que piensa”. No parece a mi entender que un concierto de John Mayall –uno de los artistas que nos iban a visitar en julio- sea desagradable, pero quizás para nuestro alcalde importe más la segunda parte de la definición que nos brinda Victor Hugo… Si no es eso, esperamos que nos explique los motivos. Es cierto que los jóvenes ovetenses no esperábamos a estas alturas que la oferta musical de nuestra ciudad fuese, de la noche a la mañana, atractiva y diversa como nos gustaría, pero tampoco creíamos que en tan breve período de tiempo no sólo iba a retroceder, sino casi a suprimirse… ¡Feliz Día de la Música!