martes, 20 de marzo de 2007

Decíamos ayer

Para empezar, chapa, sí. Ya que este blog pretende ser un escaparate de mis opiniones, básicamente políticas, y dado que en los últimos años el ocupar la secretaría general de las Juventudes Socialistas de Oviedo me ha permitido expresar en diferentes ocasiones mi opinión de modo escrito, nada mejor para empezar que una repaso a lo que he dicho de un tiempo a esta parte, y que seguro que os indica por dónde van a ir los tiros en esta experiencia blogera que ahora inicio. Aquí va una recopilación de diversos artículos que dí a prensa en su momento, sobre diversos temas. Las fechas exactas se pueden inferir de la temática, aunque están ordenados temporalmente (el más reciente es el de más arriba). Algunos fueron publicados (en La Nueva España y uno en la revista Fusión), y alguno no publicado, de eso que se dice inédito. Como soy un vago, los meto todos aquí en un sólo post, pero para facilitar su digestión, aquí os comento sobre cada uno:

- "Calcomanía mateína". Sobre la política de festejos y cultural gabiniana. A Arturo Fernández no le gustará.

- "¿Debe el Ayuntamiento poner en marcha políticas de empleo y vivienda para jóvenes?". la típica pregunta obvia que el Ayto de Oviedo no quiere contestar.

- "Por una estrategia local para la emancipación juvenil". Co-escrito -bueno, con más parte suya- con Gonzalo Olmos (concejal del Grupo Municipal Socialista). El título lo dice todo...

- "Sobre el monumento a Franco". Respuesta nunca enviada a un defensor de los símbolos franquistas.

- "El increíble poder del lazo rojo". En torno al día del SIDA y algunas timoratas actuaciones...

- "Un futuro que tiene que ver con el sí". Asturiano y europeo, a mucha honra.

- "Viva la Consti". A algunos se les llena la boca con la Constitución Española y parece que no la hayan leído.

- "Información sexual. Y Punto". ¿Tan difícil es que el Ayuntamiento preste servicios de información sexual para jóvenes?

- "Tiempos nuevos, tiempos salvajes". Y malos para la lírica, bienvenidos a Oviedo...

- "Jóvenes, protagonistas del cambio". Que aun queda vida en este oviedín...

Calcomanía Mateína

Hace no tanto, allá por los hoy lejanos 80, cuando yo era un niño, los chicles (que de aquella eran sólo verdes o rosas, dos sabores, nada de piña ni frutas tropicales) solían llevar como mayor regalo, el que esperábamos todos los niños, lo que llamábamos “calcomanías”, que venía a ser una especie de tatuaje de colores, posiblemente no muy bueno para la piel, que se humedecía y podías poner en tu brazo, que quedaba así adornado con la imagen que reproducía, generalmente un personaje de dibujos animados. Dicha reproducción quedaba en tu piel durante unos días, impresa y reluciente al principio, para ir perdiendo color y desfigurándose por el paso del tiempo y la típica terquedad infantil de no querer desprenderse de algo. Pasados ya unos días desde la finalización de las fiestas de San mateo, y al ponerse analizar lo que han sido, la imagen de la calcomanía, proyección desdibujada de una ilusión infantil tal que un personaje de dibujos, se viene irremediablemente a la cabeza, como no puede ser de otra forma cuando hablamos de un programa de festejos que sueña con ser lo que fue, pero que no deja de copiarse a sí mismo año tras año, desgastando con el paso del tiempo lo que un día pudo ser modelo acertado, pero que hoy no es más que una imagen distorsionada de lo que deben ser una fiestas para todos los ovetenses.
¿Pesimista? ¿Demasíado exigente? Puede ser, claro. Pero mejor hagamos un breve repaso por lo que ha dado de sí este San Mateo. Hemos necesariamente de comenzar por el pregón, en este caso por el pregonero, alguien que se dedica a despedir a trabajadoras por estar embarazadas, y que (según los hechos probados de la sentencia que declara nulo tal despido) opina que los hombres no realizan tareas pesadas como planchar o lavar, y que las mujeres son “el cáncer de las empresas”. Obviamente, no parece ser el pregonero más indicado, pues, por fortuna, el sentir mayoritario de los ovetenses –destinatarios de las fiestas- no es ni mucho menos ése.
Pasando al contenido de las fiestas, como cada año, la pregunta en la calle “¿Qué hay este año en San Mateo?” “Lo de siempre”. Le aseguro al concejal de festejos que esta conversación se repite entre los jóvenes ovetenses desde hace años cuando comienzan a salir las informaciones de la programación mateína. Más de lo mismo. Y no es el mayor problema que haya artistas que repiten, tripiten o que nos visitan cada año (al fin y al cabo pueden tener su público); el problema está cuando por seguir cuidando eso, el resto de la oferta de descuida, y siguen quedando sectores del público desatendidos. Empezando por los más pequeños, hacia quienes este año se han destinado menos esfuerzos que nunca, aunque sigan pudiendo entusiasmarse con el desfile del Día de América, que ya sólo los niños parecen considerar parte de las fiestas. Seguimos con la alternativa musical para los jóvenes, que salvo excepciones, sigue sin ser tenida en cuenta, como no lo es en la programación cultural del resto del año, y se sigue trabajando en una línea única que necesariamente deja a gran parte del público descontento. El concierto de The Offspring del año pasado nos hizo a muchos ilusionarnos con que la cosa cambiaría: nuestro gozo en un pozo. No sólo eso, sino que además se juega con las ilusiones del público –especialmente joven- al anunciar negociaciones que a día de hoy dudo que llegaran a llevarse a cabo. Porque, por poner una metáfora, ir al concesionario de Mercedes y preguntar cuanto vale un Mercedes para luego largarme a mi casa, no creo que sea una negociación. Por lo demás, y por mucho que el desdén municipal (no se mejoran espacios, equipamientos, criterios, articulación del concurso) haya conseguido apartar el rock ovetense a una esquina fuera de las fiestas, el concurso Oviedo Rock sigue demostrando que en la ciudad hay mucho talento en ése ámbito, mucha gente que se agarra a ése clavo ardiendo cada año por no tener otro modo de dar a conocer sus propuestas en Oviedo, y que consigue dar al certamen con su música todo el brillo que el Ayuntamiento no le quiere dar.
Casi como anécdota, aunque muy significativa, el último día de las fiestas nos visitaron en lo que se llamó Noche de tributos, grupos imitadores de Los Beatles, U2 y The Cure, ciertamente, todos unos grandes profesionales, con muchas tablas y buenos directos ¡Menos mal! Así, durante un rato, pudimos imaginarnos que estábamos en el Oviedo de hace unos años (donde al menos se intentaba programar calidad) viendo a U2, en Gijón viendo a Paul Mcartney, o en cualquier ciudad con sitio en las redes de conciertos de los grandes grupos viendo a The Cure.
Supongo que ahora entienden lo de la calcomanía, cada año, allá por septiembre, mucha gente se da cuenta de que las fiestas mateínas vuelven a ser un calco de las anteriores, que no hay siquiera ganas de impulsar novedades, y que el paso del tiempo ha hecho que el modelo esté cada día más gastado, como la calcomanía que de niños nos poníamos en el brazo.

¿Debe el Ayuntamiento poner en marcha políticas de empleo y vivienda para jóvenes?


Anda el concejal de Juventud muy preocupado en los últimos días por desmentir algunos datos que sobre empleo y vivienda hemos hecho públicos desde Juventudes Socialistas de Oviedo (JSO) y el Grupo Municipal Socialista (GMS) para acompañar nuestra propuesta de “20 medidas para la emancipación posible” en el municipio de Oviedo, que hemos hecho además llegar por escrito al Ayuntamiento. La propuesta, en positivo, no trata más que de aportar las ideas que nosotros consideramos oportunas para paliar una situación ante la cual el concejal de Juventud y el propio Alcalde no pueden –por mucho que quieran- evitar responsabilidades, y que no es otra que la total y absoluta falta de iniciativas propias en el ámbito local destinadas a mejorar el acceso al empleo y la vivienda de los ciudadanos ovetenses, y de los jóvenes en particular. Así, por el momento tendremos que conformarnos con la acción de otras administraciones (estatal y autonómica) que sí saben cuales son las prioridades que han de atender y ponen los medios para ello, promoviendo –por citar algún ejemplo- ayudas para jóvenes en materia de vivienda o poniendo en marcha políticas activas de empleo para jóvenes como el Plan de Empleo de Jóvenes Titulados para el período 2006-2007. Ante esto, desde JSO creemos que el Ayuntamiento debe no sólo sumarse y apoyar estas medidas de otras administraciones que incidirán necesariamente en nuestro municipio sino también, claro está, asumir responsabilidades y poner en marcha políticas en materia de emancipación juvenil a nivel local, que tengan en cuenta la especificidad del municipio.
De cualquier modo, hagamos primero un repaso a lo que suponen las políticas de juventud en este Ayuntamiento. Dice el concejal que el presupuesto de Juventud no baja desde 2003, y parece ser que debe encontrarse feliz de que su área pierda importancia cada año, pues si revisamos los datos, mientras el presupuesto de Juventud de 2003 ocupaba un 0’46% del total municipal (0’42% en 2004 y 0’44% en 2005), el de este año se queda en un mísero 0’41%, ya que si bien la cifra destinada a Juventud sube, sube también, y en más proporción, el total del Ayuntamiento, demostrando una vez más que los jóvenes no son una prioridad para este Equipo de Gobierno. No sólo eso, se permite el señor Antuña decirnos que la política de Juventud municipal es transversal a otras áreas: le animo a que busque en las partidas presupuestarias del resto de áreas alguna iniciativa, alguna medida, algún tipo de política coordinada con la de Juventud y destinada a mejorar la vida de los jóvenes ovetenses en las diversas materias que son importantes para ellos: cultura, salud y calidad de vida, educación... Y la lista sería larga, pero quisiera centrarme en lo que hoy nos ocupa: empleo y vivienda. Le anticipo la respuesta, nada, no hay ninguna medida destinada a facilitar la emancipación de los jóvenes ovetenses, y desde el Ayuntamiento siguen queriendo hacernos creer que no es su responsabilidad, siguen mirando para otro lado y no se dan cuenta de que las cifras están arrojando una verdad muy distinta a la que ellos nos plantean.
Así, mientras en el total de Asturias los últimos años la evolución del empleo ha sido positiva (creándose, según los datos menos optimistas, alrededor de 100.000 empleos), en el municipio de Oviedo el paro ha aumentado de los 9.258 parados de 2000 hasta los nada menos que 11.345 de 2006 (cifras de la Radiografía Económica 2006 de Caja España, sobre datos del INEM). Si a esto unimos el que en Oviedo casi el 45% de los parados tiene menos de 34 años y que es el tramo entre 25 y 29 el que se lleva la palma con el mayor número. Con todo y esto, sólo nos queda plantearnos una pregunta, o planteársela al Alcalde y al concejal de Juventud. ¿Puede un Ayuntamiento poner en marcha políticas activas en materia de empleo para jóvenes? La respuesta es sí, claro está, y por mucho que se empeñen en decirnos que su única competencia es la cesión del suelo en materia de vivienda, la realidad es muy otra, las posibilidades son amplias y las experiencias de otros ayuntamientos son diversas. Así, el pasado marzo, JSO y el GMS realizamos unas jornadas sobre políticas locales de juventud donde representantes de distintas corporaciones municipales (como L’Hospitalet, Gijón o Parla) compartieron con nosotros sus experiencias en la materia demostrando que sólo hace falta voluntad, capacidad para asumir y gestionar los problemas y, por supuesto, tener claras cuáles han de ser las prioridades. En ése sentido van las 20 propuestas para la emancipación de los jóvenes en Oviedo elaboradas por JSO y el GMS: promoción del alquiler, ayudas económicas, construcción de vivienda para jóvenes en suelo destinado a equipamientos (abaratando su coste al no imputar el precio del suelo al alquiler), ayudas para rehabilitación de vivienda, creación de un Servicio Joven de Empleo Municipal, fomento de nuevos yacimientos de empleo, apoyo al autoempleo, etc. Ahora bien, y para terminar, dejo otra duda sobre la mesa al respecto de los datos comentados en este artículo. ¿Debe el Ayuntamiento poner en marcha políticas de empleo y vivienda para jóvenes? Yo creo que sí, pero igual debíamos preguntárselo al Alcalde, o al concejal de Juventud...

Por una estrategia local para la emancipación juvenil

Es de sobra conocido que la evolución de la creación de empleo en Asturias y en España es francamente positiva, en correspondencia con el periodo de crecimiento económico actual. Sin embargo, en este tema –como en otros muchos- parece que Oviedo se queda como la mala excepción que no confirma ninguna regla más que el absoluto olvido del Equipo de Gobierno Municipal respecto a temas prioritarios. Así, nos encontramos con una preocupante situación en la que el desempleo en Oviedo no converge con la tendencia positiva de Asturias y España. Tal y como recoge la ficha correspondiente a Oviedo de la radiografía socioeconómica 2006 que Caja España elabora anualmente, y que toma datos del INEM, entre 2000 y 2006 (a fecha 31 de marzo) la evolución del desempleo en nuestro municipio arroja datos inquietantes, ya que se ha pasado de 9.258 a 11.345 personas. Buena parte de ellos son jóvenes, ya que conforme a los datos de la EPA la tasa de paro entre los 18 y los 34 años es del 15%, y en el tramo de edad entre los 18 y los 24 años se eleva al 25%.
Si le preguntásemos al Alcalde, al Concejal de Empleo, o al de Juventud de nuestro Ayuntamiento cuál es el motivo por el que Oviedo se distancia de la buena evolución del desempleo en el resto de Asturias y de España posiblemente diesen la callada por respuesta, omitiendo cualquier contestación igual que llevan años omitiendo las acciones necesarias para conseguir que los datos tengan un signo distinto. Es pues esta pasividad del Equipo de Gobierno municipal la que deja clara la respuesta, los motivos y las causas. Nuestro Ayuntamiento no se siente concernido ante los problemas de acceso al empleo de los jóvenes. No existe una política de empleo propia, más allá de la concurrencia a programas autonómicos. No se despliega política alguna de apoyo a los emprendedores. Y no se maneja ninguna estrategia identificable de promoción económica y desarrollo local.
A las dificultades para acceder a un empleo en Oviedo, y a la elevada temporalidad del mismo, se suman los obstáculos existentes para acceder a una vivienda en nuestra ciudad. Según la Sociedad de Tasación, el precio medio de la vivienda nueva en Oviedo es de 1.836 € / m2, de forma que una vivienda de 100 m2 le cuesta a un joven trabajador aproximadamente 10 veces su salario íntegro anual. Este dato hay que ponerlo también en relación con el hecho de que, conforme al Censo de Población y Vivienda del INE de 2001, un 14% de las viviendas de Oviedo están vacías (cerca de 14.000), y esta cifra en la actualidad será seguramente muy superior. O con el hecho de que, también según los datos del INE, un 11% de los edificios destinados a vivienda se encuentren en situación deficiente, un 3% en mala situación y un 2% en situación ruinosa, con un Ayuntamiento incapaz de hacer valer sus competencias en materia de disciplina urbanística para exigir a los propietarios, como debería ser, la adecuada conservación de los inmuebles. También es preciso traer a colación otro dato más llamativo aún que ofrece la Dirección General del Catastro: en 2004, previamente a la última revisión del PGOU, el 33% del suelo del municipio con la clasificación de urbano o urbanizable no había sido edificado o desarrollado, respectivamente.
La política alentada por el Equipo de Gobierno ha provocado que en nuestro municipio se produzca una retención especulativa del suelo y una acumulación de propiedad inmobiliaria en manos que no son, precisamente, las de los trabajadores o los jóvenes. Sin embargo, sí que son los jóvenes los que han de soportar las consecuencias de este fenómeno: precios abusivos para comprar vivienda, un mercado de alquiler aletargado, y, como consecuencia, que la emancipación juvenil se convierta en una hazaña hercúlea. Frente a este panorama, el Equipo de Gobierno opta por proseguir intensificando esta dinámica con una política de vivienda desarrollista basada exclusivamente en la clasificación de nuevos suelos como urbanizables, con criterios muy discutibles. Por otra parte, tampoco se lleva cabo ninguna acción específica en la materia, que tenga en cuenta los problemas específicos de Oviedo para que los jóvenes accedan a una vivienda; así, no se apuesta por facilitar la puesta en el mercado de las viviendas vacías, ni por la dinamización del mercado del alquiler, ni la intermediación entre potenciales arrendadores y los jóvenes que desean alquilar un piso, ni mucho menos se plantea cualquier línea de ayudas directas a la adquisición, alquiler o rehabilitación de viviendas por parte de jóvenes.
Desde el Grupo Municipal Socialista y Juventudes Socialistas de Oviedo no nos resignamos ante una política, la del Alcalde de Oviedo, alejada de las inquietudes de los jóvenes ovetenses. Por eso hemos planteado un programa básico de 20 puntos para articular una estrategia local para la emancipación juvenil, en la que nuestro Ayuntamiento se comprometa efectivamente con el principal problema que aqueja a este sector de población. En la actualidad, la administración autonómica y la estatal, así como otros muchos municipios, ya han situado el empleo y la vivienda de los jóvenes como prioridad en la agenda política, demostrando que ciertos problemas sólo pueden ser resueltos si se toman las medidas necesarias en la materia, y asumiendo como han hecho las mencionadas administraciones que la emancipación juvenil debe ser epicentro de la acción política de cualquier gobierno. En Oviedo, mientras tanto, el Equipo de Gobierno seguirá mirando para otro lado, y aunque las cifras vengan a contarnos la cruda realidad, podemos tener claro que en tanto gobierne el Partido Popular, las políticas de emancipación juvenil ni están ni se les esperan.


Sobre el monumento a Franco.

Hace unos días, el presidente de la Hermandad de Defensores de Oviedo mostraba, en estas mismas hojas, su disconformidad con una propuesta que recientemente hemos trasladado las Juventudes Socialistas de Oviedo al Ayuntamiento: eliminar de la escultura de la Plaza de España el aro con el nombre de Francisco Franco y el altorrelieve con su efigie.
Dudé durante unos días si debíamos contestar, al fin y al cabo, uno no está para perder el tiempo diciendo obviedades, y la respuesta a la carta mencionada, cuyos argumentos se caen por su propio peso, la habrá pensado cualquier persona que la leyera, que seguro quedó extrañada al ver tan retrógrados planteamientos, dignos de otra época (o de ninguna, si me apuran). Defender a estas alturas a un dictador que obstruyó el progreso de España durante 40 años, alguien que relegó a sus oponentes a tres opciones (muerte, cárcel o exilio) es algo impensable. Pero, bueno, parece ser que Oviedo (y ahí sí le doy la razón, Don Fermín) es otra cosa. Tan diferente que te encuentras con que una propuesta, la eliminación de los signos franquistas, que va en la línea de lo que está defendiendo el congreso de los diputados, se encuentra con acérrimos detractores en nuestra ciudad. Sí, sí, el Congreso de los Diputados, Don Fermín, ya sabe, ése que se elige democráticamente. El problema, claro está, no es la discrepancia en sí, que en un sistema democrático (repito: democrático) está permitida, el problema es que ésa discrepancia se lleve a cabo a través de la defensa de un dictador con las manos manchadas de sangre, la sangre vertida de aquellos que defendían unas ideas contrarias. Puede que a usted, don Fermín, eso no le importe, pero hay mucha gente que sufrió ésa represión, que sufrió la cárcel y la persecución, en sus carnes o en la de sus familiares –algunos de ellos vertieron ésa sangre y ya no están aquí-. Y no me venga, por favor, con la prosperidad de la nación y la paz de Franco. Paz y Franco no me parecen palabras que puedan estar incluidas en la misma frase; levantarse contra un orden democráticamente elegido, provocando el dolor y la muerte de tantas personas, y sumiendo al país en la miseria, perdone, pero no es ningún orgullo. Y tener un monumento en el que se recuerda a la figura causante de tales daños, vuelva a perdonarme, pero tampoco lo es.
Creía que a estas alturas, cuando vamos para tres décadas de democracia, España estaba lista para echar la vista atrás con objetividad, pero parece ser que aun hay gente empeñada en que las heridas sigan abiertas, que es a lo único a lo que contribuye el ensalzamiento de la figura de Franco, que al fin y al cabo fue el que las abrió en su día.
Quizás me estoy poniendo demasíado serio, y no era ésa mi intención, ya digo que ni siquiera tenía pensado contestar a su carta. Franco es historia, sí, un recuerdo de lo más negro de nuestra historia, y como tal debe estar en los sitios al efecto, como puede ser en un archivo, como proponía el escrito que nosotros remitimos al Ayuntamiento. Pero no en una plaza pública, pues no es una figura de la que alardear, a la que no debemos nada, o al menos nada bueno, y que choca frontalmente con el sistema democrático en que afortunadamente vivimos, y con los principios constitucionales que le sustentan.
Ah, por cierto, aunque supongo que usted me volverá a responder reiterando sus argumentos (no sólo reaccionarios, sino también falaces), yo no estoy para perder el tiempo diciendo cosas que todo el mundo sabe, por lo que espero que con esto se dé por respondido.

El increíble poder del lazo rojo.

El pasado jueves 1 de diciembre, se celebró el Día Mundial de la Lucha Contra el SIDA, y nuestras calles volvieron a poblarse de lazos rojos, símbolo de esta reivindicación por todos ya conocido y asumido. Sin embargo, la celebración de estas fechas suele quedarse muchas veces coja, y los motivos reales de la misma quedan ocultos tras diferentes actos de cara a la galería que se aprovechan para, con la mejor de las sonrisas, evitar hablar del fondo del asunto, y de lo que cada uno hace o deja de hacer al respecto. Me explico. Repartir lazos rojos es un bonito gesto, con el que todo el mundo puede sentirse implicado en la conmemoración de este día, pero a uno le asaltan varias preguntas ¿Cuál es el motivo de la conmemoración del 1 de diciembre? La lucha contra el SIDA. ¿Cuál es el único medio que se ha mostrado eficaz frente a él? El preservativo. ¿Da algún tipo de superpoder el lazo rojo para evitar el contagio? Evidentemente, no (como dicen en la tele “No prueben a intentarlo en sus casas”).
Vamos pues, y más allá de la anécdota del lazo rojo, a lo realmente importante. ¿Cómo podría una institución como el Ayuntamiento de Oviedo haber dotado de contenido real una conmemoración tal que esta? Pues aprobando medidas destinadas a luchar contra el SIDA. A estas alturas, y si usted ha leído la ronda de preguntas del anterior párrafo, podría saber perfectamente cuáles han de ser esas medidas. Sin embargo, nadie del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Oviedo ha caído todavía. Las medidas, claro está, pasan por el acceso de los jóvenes al preservativo, dentro de una política real y efectiva de campañas preventivas e informativas en materia sexual. Así, Juventudes Socialistas de Oviedo (JSO) hemos propuesto por escrito al Ayuntamiento el desarrollo de este tipo de políticas, para lo que se antoja inexcusable la puesta en marcha de un Punto de Información Sexual de titularidad municipal en el que se proporcione la asistencia necesaria a los jóvenes en materia de sexualidad, salud, planificación familiar, etc. Un servicio que, y aquí viene lo sorprendente, ya está aprobado por este Ayuntamiento. Y dirán ustedes ¿desde cuando? Pues miren, desde nada menos que el 24 de septiembre de 2003, fecha en la que la Comisión de Bienestar aprobó el Plan de Igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres del municipio de Oviedo 2003-2006, en el que se incluía el mencionado servicio. Pues 2006 está ahí y, no sé ustedes, pero yo no atisbo indicio alguno de su puesta en marcha, no sabemos las causas.
En fin, que a ver si nos damos cuenta que proporcionar el acceso al preservativo a todos los jóvenes no es para rasgarse las vestiduras. Para rasgarse las vestiduras son datos como los que revela el “Estudio sobre el comportamiento y las actividades sexuales en la juventud asturiana” realizado por la Dirección General de Salud Pública, la Universidad de Oviedo y el Conseyu de la Mocedá del Principáu d’Asturies, que señala que sólo el 78’5% de los jóvenes usa preservativo en su primera relación, y un 8’3% no usa ningún método anticonceptivo. Esos sí son datos por los que rasgarse las vestiduras y contra los que nada podrá hacerse con el -para algunos- increíble poder del lazo rojo si esta inciativa (necesaria también en tanto supone la implicación ciudadana) no va acompañada de medidas efectivas en las que ninguna administración, y mucho menos la municipal, debe mirar para otro lado.


Un futuro que tiene que ver con el SÍ.

Como todo el mundo conoce a estas alturas, el próximo domingo votaremos en referéndum la aprobación de la Constitución Europea, y son muchas las opiniones vertidas sobre el contenido de ésta las que en los últimos días salpican la opinión pública, con argumentos encontrados en ocasiones, que en muchos casos no contribuyen a otra cosa que aumentar la desinformación.
Para empezar, decir que la importancia de su aprobación no es testimonial. El Tratado Constitucional establece por primera vez una unificación de los tratados que rigen los designios de la Unión Europea, estableciendo un marco de gobernabilidad sobre el que ir avanzando en la construcción europea, con un verdadero procedimiento legislativo y abogando no sólo por la integración económica (quizás el más resaltable de los aspectos de la Unión Europea hasta el momento, o al menos en el que las medidas han sido más visibles) sino por la integración política. Se establece una Carta de Derechos Fundamentales jurídicamente vinculante (algo de lo que adolecía hasta el momento la UE). Se avanza en derechos sociales y en el establecimiento de un modelo político democrático y solidario, llegándose a hablar de democracia participativa y creando la posibilidad de la iniciativa legislativa popular europea. Por otra parte, se aumenta el poder de decisión del Parlamento Europeo, amparando así en mayor medida la legitimidad de las decisiones en la propia ciudadanía europea que elige ese Parlamento.
¿Caben dudas acerca de la conveniencia de estos aspectos? A mi entender no. La importancia de avanzar en la construcción europea, con una verdadera ciudadanía europea, y lo fundamental que a estas alturas se presenta abogar por un progreso global en un orden multilateral no pueden hacer otra cosa que animar a los ciudadanos a votar el próximo domingo. Y la opción clara es el sí. Durante muchos años España ansió ser Europa. Allá por el año 86, al fin, y superados negros episodios de nuestro pasado, conseguimos asomarnos, tarde, claro está, y quizás en el vagón de cola. Ahora, casi veinte años después, estamos, más allá de vagones de cola o de cabeza, plenamente integrados, y debemos asumir el compromiso de sumarnos en este nuevo paso en el que nos va mucho. Y es que una vez que la Unión se ha asentado sobre la base económica que fue durante mucho tiempo su fin principal, la siguiente marca en el camino la establece esta Constitución, más allá de la simple unión bajo la economía de libre mercado (aunque decir que Europa ha sido sólo esto supone una opinión claramente reduccionista), el reto es apostar por una ciudadanía europea, un poder legislativo europeo, un marco de gobernabilidad para la UE, al fin y al cabo.
Está claro que son muchas las dudas que se plantean, y es obvio que los ciudadanos las tengan, no en vano, es difícil conseguir hacer llegar la información sobre algo tan complejo como un Tratado de estas características. Y más cuando se lanzan mensajes engañosos sobre el contenido de la Constitución en cuanto a reconocimiento de los derechos sociales (siempre un argumento lleno de lecturas interesadas o tergiversadas que se contrarresta con la simple lectura del texto constitucional) o se desvía la atención con la eterna y ya cansina cantinela de la pérdida de los fondos de cohesión. Está claro que puede haber contenidos que no gusten a todo el mundo (como puede suceder respecto a la Constitución Española), pero cuando, como es el caso, se aboga por el consenso para la toma de decisiones, siempre hay cesiones, desde todas las partes. Así, ése acuerdo consensuado es lo que le da mayor validez aun, y efectuar críticas unilaterales y cargadas de dogmatismo sólo contribuyen a la desinformación.
El domingo, yo, que aun no había nacido en el 78, iré a votar con la misma ilusión con la que cualquier joven votó en aquella ocasión, porque es mi Constitución, y espero que todos, más o menos jóvenes, votaran o no en aquella ocasión, resuciten ése espíritu para acudir a las urnas a decidir el futuro de España (y de Asturias), decidiendo el futuro de Europa. Un futuro que tiene que ver con el sí.

¡Viva la Consti!

Cuando se cumplió el 21º aniversario de la Constitución, uno de los actos contó con la actuación de Joaquín Sabina, el de Úbeda, verbigracia, y aprovechando que su Pisuerga particular siempre pasa por donde tiene que pasar, no pudo por menos que aderezar su actuación con un sentido “Viva la Consti y vivan los que la defienden, no los que la chantajean”. En estos tiempos de tertulias radiofónicas, de contrainformación interesada, hace falta gritar Viva la Consti, y hace falta poner las cosas en su sitio, y no permitir más chantaje ni distorsión de la realidad. La vida política se crispa, nos dicen los diarios, nos dice el PP. Y la escena no acaba aquí, ya que de repente se oye una voz desde el búnker que la Universidad de Georgetown le ha proporcionado a un ex-presidente visionario que nos alerta de la desmembración de España y el cambio de modelo de estado. Visto así, parece un sainete catastrofista (con grandes actores, eso sí, pues capacidad interpretativa no les falta) en el que muere hasta el apuntador. Incluso instituciones municipales, como nuestro Ayuntamiento, aprueban mociones al respecto, y nos embarcan a todos los ovetenses en la cruzada contra la reforma estatutaria catalana, de la que nos dicen –y se quedan tan anchos- que supone una reforma constitucional encubierta.
Sí, ya saben, la propuesta de reforma estatutaria aprobada por el Parlament Catalán democráticamente y que, como establece la Constitución, inició en el Congreso el proceso parlamentario necesario para su aprobación en tanto ley orgánica, que finalizará con una votación final en la mencionada cámara en la que hará falta mayoría absoluta sobre el conjunto del proyecto. Entonces, si el procedimiento es el normal ¿por qué hay que comenzar a rasgarse las vestiduras? Defender un sistema, defender un orden constitucional, es defender también todos los procesos democráticos que de él se derivan, y buscar el diálogo, el acuerdo, en un clima constructivo y de aportación en el que prevalecieran las diferentes ideas y posturas sobre la regulación de que se trate (en este caso un Estatuto autonómico) hubiera sido lo propio, o al menos lo esperable, de alguien que se erige a sí mismo en defensor único de nuestra Carta Magna. A cambio, lo que se pretende es boicotear el proceso, contrainformar (o desinformar, para ser más exactos) de modo interesado con el único interés de crear un daño imaginario (esa tan traída y tan llevada ruptura de España que trae consigo una reforma encubierta de la Constitución) con el que poder culpabilizar de algo al Gobierno.
Con todo y ello, el Estatut llegó el Congreso, mientras, el Partido Popular continuó con su táctica de mostrar pomposa y exageradamente la bandera española, creyendo quizás que eso les confiere la titularidad de la defensa de los intereses nacionales, cuando lo que quizás les confiera sea una cierta ofuscación que oscurece sus ideas. Tanta que cuando negaban la admisión a trámite del Estatut no se daban cuenta que el recurso previo de inconstitucionalidad desapareció de nuestro sistema (ése que tanto dicen defender) hace ya veinte años. Pues bien, el inicio de ése trámite parlamentario no constituyó otra cosa que el normal desarrollo de la actividad legislativa, respaldada por la voluntad popular, en un iter que desembocará, si procede, y democráticamente, en la aprobación -en las Cortes de todos los españoles- de un nuevo Estatuto para los catalanes. No me digan ustedes que nos les dan ganas de brindar con cava, si les gusta, olvidarse de los mails del odio que circulan en estos días, y gritar ¡Viva la Consti!

Información sexual. Y punto.

En ocasiones las administraciones públicas se olvidan de sus deberes; hay otras ocasiones en las que no sólo eso, sino que además se olvidan de sus compromisos. El Plan de Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres del Municipio de Oviedo 2003-2006, aprobado en septiembre de 2003 en la Comisión de Bienestar Social del Ayuntamiento de Oviedo incluía, entre otras cosas, la creación de un Punto de Información Sexual municipal desde el que se atendiese a las diversas dudas y requerimientos que en materia sexual pudieran tener los ciudadanos ovetenses y, en especial, dado que de haberse puesto en marcha hubieran sido los principales demandantes de este servicio, de los jóvenes.
Escribo esto a finales de 2004, unos días después de la celebración del Día Mundial de la lucha contra el SIDA (1 de diciembre), y tal medida sigue sin haberse puesto en marcha. Se puede pensar que un servicio de este tipo es una cuestión baladí, y, en fin, parece ser que quien piense eso estará en total acuerdo con nuestro Ayuntamiento, que sigue sin considerar el asesoramiento en materia sexual como una responsabilidad en la que han de implicarse las administraciones, y más si cabe la local, por ser la más cercana al ciudadano, y la que más conoce su realidad. Sin embargo, ciertos datos nos hacen pensar que quizás el equipo de gobierno de nuestro consistorio esté actuando erróneamente. Así, y si echamos mano del “Estudio sobre el comportamiento y las actitudes sexuales de la juventud asturiana” llevado a cabo por la Dirección General de Salud Pública, la Universidad de Oviedo y el Conseyu de la Mocedá del Principáu d’Asturies, podremos observar como, lo más posible, es que la educación y el asesoramiento en materia sexual necesiten aun de un pequeño empujón en el que han de implicarse todas las administraciones. Así, el citado estudio señala que tan sólo un 78’5% de los jóvenes usó condón en su primera relación, y no sólo eso, sino que (¡en pleno siglo XXI!) hay aun un 8’3% de jóvenes que no usaron ningún (sí, sí, ninguno, creánselo) método anticonceptivo en su primera relación. Vistos estos dos datos no nos extraña otro que nos señala el estudio, y que no es otro que el porcentaje de embarazos no deseados ¡un 6’8!%! Repito ¡en pleno siglo XXI! ¿No será que algo falla? Puede que en algún eslabón de la cadena, o en varios de ellos, no se estén efectuando las cosas como deben hacerse. Y es que padres, educadores, instituciones... todos deben poner de su parte para concretar la labor que supone evitar embarazos no deseados, prácticas de riesgo, o enfermedades de transmisión sexual (otro dato más: el 15% de los jóvenes tuvieron en su primera vez prácticas de riesgo para prevención). Bien ¿y cómo se hace eso? Pues tampoco es tan difícil: desde la información, el asesoramiento, la ruptura de tabúes y la transparencia y normalidad en el trato de estas cuestiones. Desde el Ayuntamiento de Oviedo no lo tienen tan difícil, tan sólo ejecutar una decisión que ya en su día aprobaron, la puesta en funcionamiento del mencionado Punto de Información Sexual de titularidad municipal en el que los jóvenes puedan solucionar todo tipo de dudas y problemas al respecto. Al fin y al cabo tampoco es que se pida gran cosa: información sexual. Y punto.


Tiempos nuevos, tiempos salvajes.

Cantaban los Ilegales –y por fortuna aun lo cantan- aquello de “Tiempos nuevos, tiempos salvajes”. Parece éste un buen modo de describir como son los tiempos que corren en nuestro Ayuntamiento. Tiempos nuevos, en los que se declara por fin de modo oficial que en nuestras arcas municipales quedan tan sólo telarañas. Tiempos salvajes, en los que al Equipo de Gobierno le sirve cualquier cosa con tal de echar balones fuera; en los que el Alcalde declara economía de guerra y habla de consenso para salvaguardar proyectos decididos a su arbitrio en los que nunca buscó el paraguas del diálogo bajo el que ahora se quiere atechar.
Parece ser que, una vez que el Gobierno Central ha cambiado de signo (n.d.r. ¡menos mal!), se pone en manos de Madrid la viabilidad de las decisiones municipales. “Tenemos construída la ciudad, ahora hay que pagarla”, nos dicen desde el Ayuntamiento. Y, claro, con las arcas vacías habrá que buscar alguien a quien culpar en caso de que no salgan adelante las cosas, al fin y al cabo sin grandes construcciones que inaugurar, la labor del Equipo de Gobierno Municipal quedará al descubierto, y lo único que se vería sería el hueco que deja un proyecto político sin más consistencia que la del cemento, pero alejado de las necesidades reales de los ciudadanos.
Analicemos ahora el método utilizado, el “construyo y luego pago”, un sistema que puede parecer hasta bueno, de hecho creo que habrá que intentarlo en algún banco: pedir dinero para construir una casa y decir que el nombre del avalista lo daremos después de terminada la obra. Y si luego el avalista que nos buscamos no quiere pagar, le echamos la culpa... Creo que las cosas no funcionan así, pero no sé si el Ayuntamiento lo tiene tan claro.
Pensándolo detenidamente, es al menos chocante ver como la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a la Moncloa produce efectos tan singulares en nuestro Ayuntamiento como que se empiece a hablar de soluciones pactadas o se critique la supresión del Impuesto de Actividades Económicas hecha por el Partido Popular. Si recordamos la última ocasión en que el Ayuntamiento habló de apretarse el cinturón (tras la famosa sentencia sobre la venta de suelo), fue el gasto social y cultural, y sobre todo lo referente a materia de juventud, el que sufrió las consecuencias. Especialmente sangrante fue, por ejemplo, la supresión de los premios literarios Ángel González y Campo de los Patos, fueron tiempos no sólo nuevos y salvajes, sino también malos para la lírica.
A uno le asaltan ciertas dudas al ver el paralelismo entre los dos momentos. ¿Ocurrirá ahora otro tanto de lo mismo? ¿O será quizás también responsabilidad del Gobierno Central recuperar esos premios? ¿Tendrá que pagar Zapatero los platos rotos de la ilegalidad de la venta de suelo público? ¿Tendrá además que subsanar el derroche de todos estos años en los que se ha estado “construyendo ciudad”? Y lo que es más importante ¿Puede el Alcalde hacer creer que pacta para lo que quiere y cuando le conviene? Nuestra ciudad es un cúmulo de peculiaridades donde en los últimos años ha valido de todo, aunque fundamentalmente lo que valió fue la mayoría absoluta del PP. Con la nueva situación a nivel nacional, la cosa cambia, hay que poner buena cara y que parezca que se busca el diálogo (cuando en realidad no hay nada sobre lo que dialogar, pues todo está ya decidido sin haber hecho gala de ningún consenso); y luego, si el Gobierno Central no nos salva, hablar nuevamente del cerco a Oviedo, que según nos lo pintan desde el Ayuntamiento debe ser algo así como un grupo de socialistas (todos ellos malos ovetenses, desde luego) destruyendo baldosas y farolas decimonónicas. De momento a mí no me han llamado a unirme a tal grupo, pero parece ser que el Alcalde está decidido a ver gigantes sin haber llegado siquiera a vislumbrar los molinos, y no tardará en acusarnos de, comandados por Zapatero, acabar con este Oviedín tan guapo que tenemos, al fin y al cabo socialista y “culpable-de-todos-los-males” parecen ser sinónimos para Gabino de Lorenzo. Lo dicho: tiempos salvajes.


“Jóvenes, protagonistas del cambio”.

A veces uno, ovetense que se siente, duda si la ciudad en la que vive, y que muchas veces padece, es realmente la misma de la que hablan quienes la dirigen. Uno atisba, puede ver en la calle, la pulsión de muchos ciudadanos, especialmente jóvenes, que no consienten que se les engañe con políticas de andar por casa, pensadas únicamente para cubrir el expediente. Pero luego, por más que a muchos nos disguste, sigue nuestra ciudad anclada en sus relojes decimonónicos, sus magnolios y sus farolas que alumbran el cielo, y no el suelo por el que la gente camina. Es realmente chocante como el Alcalde se congratula día sí día también de obras que muchas veces no le piden los ciudadanos, y que son mucho menos necesarias que otras cosas que nos faltan. Y es que, ¿realmente tiene en cuenta el Ayuntamiento a la gente? ¿Por qué los ovetenses se felicitan tanto de cosas que realmente no necesitan y no protestan por aquello que les falta? Está muy bien sentirse ovetense, y orgulloso de ser de esta ciudad, claro está, pero en ocasiones nuestro orgullo roza el más puro “ombliguismo”, un sentimiento que muchas veces ciega el necesario espíritu crítico para el progreso de una sociedad.
En ése sentido, somos los jóvenes los que nos vemos como último reducto alentador del inconformismo en el sentido más constructivo del término, un papel al que estamos abocados mayoritariamente por ser los principales sufridores de aquellos ámbitos de la vida social que se ven necesitados del cambio. Así, en Oviedo, somos nosotros los que hemos padecido de modo más acentuado la ineficaz gestión del Ayuntamiento, basada en un continuo nadar y guardar la ropa, muy lejos siempre de lo que los más jóvenes queremos y necesitamos: políticas culturales atractivas que no huelan a rancio ni a improvisación, servicios que demandamos para el desarrollo de nuestra vida cotidiana, vivienda, empleo, oferta de ocio alternativo, transporte... Quizás pedimos mucho para lo que es capaz de improvisar este Ayuntamiento. Esperemos que pronto alguna de las ideas geniales que el Alcalde tiene cualquier mañana nos tenga en cuenta a nosotros, los jóvenes, y que no sea un Palacio de los Jóvenes, que acostumbrados a no encontrar un piso digno nos íbamos a ver perdidos en un palacio, o iba a estar vacío, como los miles de pisos que en ése estado se hayan en la ciudad (o como el propio Palacio de los Niños, ya construido y actualmente inutilizado).
Así, si algo está claro es que somos los jóvenes, pacientes sufridores del inmovilismo actual, no sólo los demandantes del cambio, sino también sus protagonistas, los que poco a poco vamos consiguiendo, quizás ya no avances –algo difícil conociendo al equipo de gobierno del Ayuntamiento, ajeno siempre a cualquier propuesta constructiva-, sí un sentir ciudadano de apoyo y simpatía hacia lo que representamos como una de las pocas voces disonantes de este Oviedo gabiniano, un sentir que cada vez hará más mella una vez apagados los ecos de las promesas electorales del Partido Popular entre los desmanes de una mayoría absoluta cuya consecución parece inutilizar para la actividad política democrática y seria a los miembros de este partido. Los mismos jóvenes que en los últimos años hemos sido punta de lanza de todas las movilizaciones con las que la sociedad civil respondió democrática y civilizadamente ante las ineficaces políticas del Partido Popular. Los mismos jóvenes, en fin, que colmado el vaso con el continuo goteo antidemocrático del Partido Popular nos hemos convertido en protagonistas del cambio también en las últimas elecciones generales.