Sobre
nombres que se borran de la historia.
(publicado originalmente en Asturias 24 en julio de 2015)
Una de las ahora
famosas 13 Rosas, Julia Conesa (ovetense de nacimiento, por cierto), se
despedía de su madre en una carta que cerraba con la ahora archiconocida frase
“que mi nombre no se borre de la historia”. Sin embargo, su nombre y el de sus
compañeras de las Juventudes Socialistas Unificadas permaneció oculto por la
losa con que la dictadura tapó la memoria del bando vencido, y solo se recuperó
años después. Ahora, no hace falta explicar quienes fueron las 13 Rosas, sobre
todo porque Emilio Martínez-Lázaro divulgó su historia a través de una sentida
película en la que seguro que usted, como yo, se emocionó, lloró, o estuvo a
punto. Por desgracia, cientos, quizás miles de mujeres, de chicas, de niñas
incluso, que tuvieron un desenlace similar en la guerra que sucedió al golpe de
estado franquista, no han tenido recuerdo similar, ni siquiera han tenido más
que un nombre en algún listado de fosa común. Y eso en el mejor de los casos.
Pero lo de borrar
nombres de mujeres de la historia no es algo que sucediera solo en la guerra
civil. De hecho, los nombres de las mujeres llevan siglos olvidándose,
borrándose. Desde científicas que lideraron grandes avances por los cuales solo
son mencionadas como ayudantes (de hombres que se llevan los méritos), hasta
escritoras que sufrieron el silencio sobre su obra por osar a vivir su vida
libremente dedicándose a la literatura. Pero hay ejemplos en todos los campos.
Veamos, ¿sabe usted quien es Mariní Callejo? No se preocupe, yo se lo cuento.
María de las Nieves
Callejo Martínez-Losa nació en 1945 y trabajó en la música durante toda su vida
(supongo que estará pensando en que si esto es un artículo que se supone de
opinión, que a qué vienen estos datos, pero piense primero en la fecha de
nacimiento de esta mujer y su dedicación). Mariní era una instrumentista
brillante, especialmente al piano, y fue pionera del pop y el rock en España,
formando parte de Los Brujos, uno de los primeros grupos ye-yé que surgieron en
los 60 (que sí, ya sé que esto es un artículo de opinión, pero la opinión se
genera pensado, así que piense en eso: una mujer en un grupo ye-yé en la España
de los 60). Aunque su faceta más destacada fue la de productora, con diecinueve
años entró a ocuparse de la producción musical del sello Zafiro, y se ocupó de
la producción de Los Brincos, de Juan y Junior, de Los Relámpagos, de Massiel,
o de Fórmula V. Lo que viene a significar que la mayoría de la música que se
generaba en España pasaba por sus manos, vamos, que en un momento dado ella fue
en sí misma gran parte de la industria musical del estado (sí, ya, que esto es
un artículo de opinión… pero seguro que ya lo va pillando). Los propios
componentes de Los Brincos reconocen el papel central que Mariní tuvo en su
carrera, dado que ellos no contaban ni de lejos con la formación musical que
ella tenía. Hablamos no solo de la producción, también de arreglos, de
aportaciones instrumentales en sus discos… y de pasar a partitura las
canciones, ya que ella sí sabía escribir música (lo cual tiene importancia
desde el momento en que no se podía registrar la autoría de las canciones más
que con estas pasadas a partitura).
Supongo que a estas
alturas ya se habrá dado cuenta de la importancia de esta mujer para la música
en España. Pues bien, estoy seguro de que usted conoce a Los Beatles o a Los
Ramones. Y si es así seguramente conocerá a George Martin o a Phil Spector
(aunque el primero sea Sir y el segundo haya acabado en la cárcel). Y, claro está,
conoce a Los Brincos. Pero… ¿conocía a Mariní Callejo?
No la conocía, claro,
como no conocemos a tantas científicas, artistas, escritoras, y mujeres
relevantes de todos los campos cuyos nombres se han ido borrando, oscureciendo,
tapando. Llegado el S.XXI igual es tiempo ya de que la desigualdad se borre del
todo en todos los ámbitos. Y hay que hacerlo desde el presente (eso da para
unos cuantos artículos), pero también desde el reconocimiento del pasado, que
es lo que he hecho yo con Mariní Callejo.
Al final… ¿ve cómo sí
que era un artículo de opinión?
No hay comentarios:
Publicar un comentario