viernes, 18 de noviembre de 2011

El domingo voto para hacer útil mi opinión

Como suelo hacer cada vez que hay elecciones, publico un post el viernes antes de que se celebren. No es costumbre premeditada, es que siempre me pasa que se me echa el tiempo encima y apuro hasta justo antes de la jornada de reflexión (por cierto ¿tiene sentido a día de hoy la jornada de reflexión? A mí me gusta que exista, casi por tema de tradiciones, pero a veces dudo de si importa o no mantenerla). Las elecciones generales que se celebran el domingo son las más importantes que he vivido. Mejor dicho, las más importantes que he vivido con conocimiento de causa: las primeras elecciones del 77 obviamente no las viví, pero las del 82, también muy importantes, no las recuerdo. A partir de ahí, quizás con las del 86, ya tengo recuerdos, además siempre me gustó leer los periódicos, desde muy chiquitín, aunque, cierto que yo escuchaba o leía cosas como lo de la OTAN sí o no y OTAN “pa’rriba y pa’bajo”, y recuerdo que hasta me entusiasmaba ese trajín, pero, claro está, no conocía la transcendencia (como anécdota, algo que sí recuerdo no ya entender, pero sí adivinar que se trataba de algo importante, es cuando España firmó la adhesión a la UE, entonces CEE). El caso es que con ese acervo (parece que hablar de Unión Europea mediatiza mi búsqueda de sinónimos:-) considero que las elecciones del domingo se antojan transcendentales, y que su importancia, de la cual podemos ya hacer una estimación objetiva, crecerá con el tiempo y la perspectiva. Y, sobre todo, con las consecuencias. Desde las elecciones del 77 se ha construido un sistema que permite garantizar mínimos a personas con carencias, que permite igualar a la ciudadanía a través de su acceso a los servicios. Ni siquiera se ha finalizado, es un sistema que debe seguir construyéndose, y que de hecho está en continua revisión: por ejemplo, el Salario Mínimo Interprofresional (cuya diferencia con respecto a otros países europeos da buena cuenta de lo que nos queda por hacer) ha crecido desde 2004 en casi 200€. Seguimos lejos de nuestros vecinos y socios europeas, claro, pero precisamente por eso es por lo que no podemos dejar de mantener el progreso del sistema. Quizás ciertas prestaciones no puedan mejorar en un tiempo por las circunstancias económicas, pero al menos deben mantenerse. Cualquier paso atrás será un retroceso difícil de salvar después, destruir es un momento, construir lleva demasiado esfuerzo (corrijo, nunca es demasiado si es necesario, pero sí será grande). Ahí, con el tiempo, puede ser que veamos que la alta importancia que considerábamos tenían estas elecciones cuando se celebraron, se eleva a la eneava (siendo N un número altísimo) observando las consecuencias. No voy a perder mucho tiempo en hablar de Rajoy y el PP, solo un par de cosinas. Su ideario, aún poco reconocible a dos días de las elecciones, ya que no ha adelantado lo que va a hacer si gobierna, se llena de perlas cuando asoma la patita, un tipo que pretende mantener la Sanidad bajando los impuestos (me explique, oiga), que no hará recortes en Educación “porque es competencia de las comunidades autónomas” (claro, ahora que las tenéis todas ya se ocuparán de proceder al “Espe style”), que sigue empeñado en derogar el matrimonio homosexual aunque el Constitucional diga lo contrario, que pretende suspender la oferta de empleo público durante 4 años (bueno, si va a bajar los impuestos no hará falta gente que recaude, y con menos impuestos menos fraude… ¡barra libre!), que critica la Ley de Dependencia (o autonomía, mejor dicho) porque se puede quedar en “papel mojado” y que ahora en campaña dice que eso hay que suprimirlo (sobre esto puedo asegurarle por motivos personales al líder del PP que lejos de quedarse en papel mojado se convirtió en solución y garantía para mucha gente, y que eliminarla dejaría en una situación difícil de sostener a muchas personas). En fin, paro, que había dicho que sobre Rajoy sólo un par de cosinas. Pero me deja una intranquilidad terrible saber (todo apunta a ello) que este hombre, y el proyecto de su partido será quien nos gobierne. No voy a tratar de convencer a nadie de que no vote al PP (es más, quien vaya a votar al PP difícil, por no decir imposible, será que acaba votando a mi opción), pero vislumbrar ese panorama se hace duro.



Mi opción, como barruntareis quienes me leáis (si es que alguien me lee, y como si alguien me lee seguro que me conoce) es el PSOE. No porque sea militante de ese partido creo que sea la mejor opción, la cosa va al revés, porque sigo considerando que el PSOE es la mejor opción sigue siendo mi partido y sigo militando. Claro está ahora habrá (vuelvo a tener la duda de si alguien me leerá) quien comience a echarme en cara los últimos 3 años de gobierno. Y, claro está, no seré yo quien niegue la inconsistencia de ciertas decisiones, o la tardanza en la reacción ante una crisis global. Pero cualquiera que reflexione al respecto deberá rendirse ante la evidencia de que ciertas cosas era imposible mejorarlas. No creo, sinceramente, que ningún gobierno hubiera podido crear empleo en estos últimos años, ni creo que ninguno pueda hacerlo al menos de modo inminente. Pero sí creo que ante ese panorama es importante garantizar mínimos para esas personas, y ahí ha estado el esfuerzo que se debe valorar, a través de un sistema que facilita ingresos a quienes no los tienen, un sistema que podía estar en riesgo, pero que se ha conseguido mantener. Con sacrificios, desde luego, como la bajada de sueldo a los funcionarios o la congelación de las pensiones (y, en ambos casos, garantizando que esto no fuera a afectar a niveles básicos o pensiones mínimas), o con decisiones polémicas, como la subida de la edad de jubilación (algo que realmente tiene una importancia relativa y que es necesario si miramos la pirámide de población de España, aunque no puedo decir lo mismo de la subida del período de carencia para la prestación). Y con decisiones que a veces no entiendo donde está la polémica, como la reforma constitucional: por un lado limitar la deuda para garantizar que podamos hacer frente a otros servicios no sólo era ya criterio de actuación vía UE, sino que además excluye esa limitación para ciertos supuestos y permite realmente poder hacer frente a esos servicios (si te endeudas tienes que pagar la deuda más los intereses, y si gastas más en intereses que en la propios servicios es entonces cuando su prestación se complica realmente); por otro lado el tema del referéndum, aunque un referéndum no sea precisamente una medida de ahorro, a decir verdad no me importaría que lo hubiera habido por lo que conlleva de informar a la gente, de escuchar y demás, pero tampoco me parece un escándalo no convocarlo, al fin y al cabo, es el proceso establecido en la Constitución.




Y, por encima de todo eso, me parece terrible que un proceso como este vaya a dejarnos para la historia una visión de Zapatero como un presidente gris, tal como se quiere dar. No voy a negar esos desajustes en las decisiones, esa tibieza, ciertos errores ante una situación que nos sobrepasó, pero no admito decir que el balance es malo, cuando durante más de cuatro años el gobierno de Zapatero ha hecho de España un país mejor (pero bueno, esto yo creo que da para otro post…).


De cualquier modo, por mucho que en el juego de campaña, inevitablemente, las fuerzas políticas echen unas contra otras por lo hecho, a mí me interesa el futuro, lo que se vota el domingo es un proyecto para el futuro. Yo apoyaré al PSOE y a Rubalcaba, porque con todo, sigue siendo la que creo mejor opción para garantizar el progreso de España. Y cuando digo con todo digo con todo: con ciertas decisiones, con ciertos procesos internos, con la falta de regeneración en ciertos ámbitos (ante todo ello, por cierto, aunque pueda criticarlo internamente, lo asumo feliz porque somos una organización democrática y así se toman tales decisiones). Con todo y ello seguimos siendo la única fuerza capaz de garantizar el equilibrio para sostener un sistema que, como dije antes, aún está en construcción (de hecho, la aportación más importante a ese sistema de los últimos años, la ley de Dependencia, demuestra que sí es posible seguir dando paso adelante) a través de medidas responsables que no disparen el gasto sin sentido, pero que cuando lo disparen porque sea necesario haya un colchón de ingresos para ello. Somos quienes apostamos por un modelo racional para impulsar el desarrollo económico, apostando por facilitar la contratación y gravar la contratación temporal a través de una mayor cotización de dichos contratos, lo cual supone un incremento de los recursos del sistema y un incentivo a la contratación indefinida. Acercar los costes de los contratos en cuanto a despido puede no parecer a primera vista una medida buena (aunque la teoría económica diga lo contrario) ni popular, pero compensando con medidas como la mencionada es la vía que puede suponer un impulso al desarrollo económico y a la contratación. Por cierto, el PSOE debe ser la única fuerza que se moja en esto, el PP supongo que apuesta directamente por el contrato único sin matiz ninguno, e IU no he visto nada en su programa acerca de costes de contratación y despido (y, francamente, me parece importantísimo tener claro cómo equilibrar ambos). Somos el único partido que apostamos por defender el sistema público sanitario, el educativo (además sumar el período de 0 a 3 años como parte del mismo). En realidad sobre esto hay que decir que no somos los únicos, presupongo que al menos IU defiende también esto, pero la verdad que esta campaña -y me permito un inciso- se han preocupado más de meterse con el PSOE que de hacer propuestas, o a mí me ha parecido. Y, sí, claro, por nuestra parte también hemos soltado puyas, a qué negarlo, pero a veces es inevitable contestar: a mí si me dicen que es necesario luchar contra el PSOE porque ha recortado los derechos del colectivo LGTB directamente me enfada, del mismo modo que me enfade la coletilla de ser iguales que el PP (supongo que será una estrategia de diferenciación dentro de la izquierda, un poco burda, pero estrategia), o que se nieguen a reconocer que en Extremadura le han dado el gobierno al PP (a cambio de algún puestín, luego sí que parece un pacto, de hecho hasta el PP aprobará presupuestos sin problema). Pues mira, sí, le habéis dado el gobierno al PP. La respuesta a esto es sabid, que si el PSOE también en no sé dónde y en no sé dónde más… Bueno, pues sí, sí, el PSOE lo hemos hecho en algún sitio, no es que yo esté orgulloso de ello, pero: 1. No se trata del “y tú más”, y 2. Aceptando incluso el “y tú más”… ¿tan difícil es reconocer ciertas errores? ¿o es quizás que no se considere un error?


Apostamos también por una nueva fiscalidad, algo que en estos tiempos se antoja una necesidad para sostener el sistema, una fiscalidad que recaude y que permita el desarrollo y la promoción económica y empresarial pero que no dé lugar a desigualdades. Una fiscalidad que además sea eficiente y luche contra el fraude (uno de los grandes problemas que tiene nuestro sistema). En fin, no voy a extenderme más, ni sobre nuestra apuesta por los derechos sociales, ni el compromiso con la Igualdad (ahí no hay quien nos tosa), ni sobre tantas cosas que quisiera hablar, al fin y al cabo, está todo en el programa, que os invito a leer.




Así que, nada, el domingo, todo el mundo a votar. Y yo llamo al voto útil, cada cual sabrá cuál es el suyo, yo votaré al PSOE porque creo que es la mejor opción, por eso es el mejor voto, y eso es lo que le hace útil. Pero por encima de todo creo en el sistema, y creo que cada voto es útil. Y creo que, aunque quizás podrían replantearse algunas cosas, como los mínimos para consecución de escaño por circunscripción, nuestro sistema cumple perfectamente su labor representativa, y creo en los aspectos positivos de la provincia como circunscripción frente a la circunscripción única (para empezar, porque soy federalista). No sé lo que pasará el domingo, aunque haya vaticinios al respecto nada halagüeños, pero, más allá del resultado, espero que millones y millones de personas se acerquen a votar y a hacer útil su opinión a través del voto.

jueves, 29 de septiembre de 2011

El futuro de nuestros valores

Durante este fin de semana se celebra la Conferencia Política del PSOE, que tiene por objeto cerrar el programa electoral de cara a las próximas elecciones generales. Para ello, se ha debatido un documento en los distintos niveles territoriales que se concluirá durante la conferencia, abierto a las aportaciones de las personas participantes, pero también, algo muy importante, más allá de la propia organización, a la ciudadanía en general y movimientos sociales en particular, abriendo una vía inexplorada hasta el momento para recoger esas propuestas, un nuevo cauce para dejar aportaciones. Se trata de Diálogos en Red.











Ante esa oportunidad, un grupo de personas vinculadas al PSOE hemos decidido poner nuestro granito de arena elaborando entre todos y todas (y casi todas las personas participantes he de reconocer que con más intensidad que yo, así que sólo puedo agradecerles su esfuerzo y su paciencia con respecto a mí) un documento (El futuro de nuestros valores, aquí en pdf) que sirva para que haya algo debate respecto a ciertas cuestiones que consideramos interesantes y que han de tenerse en cuenta. Se trata de aportar para reconducir la situación actual hacia una recuperación de liderazgo ciudadano reconstruyendo una identidad a través del necesario debate sobre el futuro de ciertos valores. Queremos plantear algunas cosas que puedan contribuir a mejorar el modo en que nuestro partido se enfrenta a la actualidad, olvidarnos de ese cierto desánimo que la militancia -y la ciudadanía- sufren y aprovechar los momentos difíciles para tomar impulso. Queremos que el debate sirva para mejorar las propuestas de nuestro partido, pero además queremos que sea el PSOE el que lidere una nueva concepción de la política que ilusione a todas las personas desencantadas, y no sólo a aquellas que están en la línea ideológica socialista, se trata de mejorar la idea de la política, regenerar lo que haya que regenerar (también poner en valor lo que haya que poner en valor, que creemos que en 30 años de democracia es bastante y es un magnífico punto de apoyo) y conseguir que las administraciones, los partidos -y el primero, el nuestro- se vuelquen en que la ciudadanía vuelva a implicarse en la vida pública y recupere la confianza perdida -en ocasiones con razón- en la clase política.


Si bien el cauce que hemos utilizado para hacer llegar esta propuesta es Diálogos en Red, queremos difundir el documento a cuanta más gente mejor, a compañeros y compañeras de nuestro partido, pero también a otras personas de diferentes ámbitos, por lo que queremos darle difusión a través de nuestros espacios en la red (blogs, facebook...). Queremos que llegue a toda aquella persona que pueda estar interesada, que se anime a echar un ojo al documento y, si quiere, comentar, aportar, reinterpretar, valorar, criticar. Como dice Chus, artífice diría que máximo de este documento, es un documento nacido de debates y que quiere crecer entre debates. Incluso aquellas partes del documento que hablan de estructura interna del partido creemos que también pueden afectar a otros ámbitos, por lo cual también nos interesa escuchar opiniones externas a ese respecto. De hecho, si consideras interesante difundirlo, adelante.

Bueno, el documento, esta aquí, si te animas (¡y yo te animo!), ya sabes, ¡deja tu opinión!

jueves, 30 de junio de 2011

Adiós, Ramón

Hoy ha muerto Ramón Quesada, compañero del PSOE-Oviedo, con quien tuve el honor de trabajar durante el periodo en que él presidió la Gestora de la agrupación. Yo era un chaval que acababa de ser nombrado secretario de Juventudes Socialistas de Oviedo, y el apoyo de Ramón fue básico, supliendo y entendiendo las carencias que yo (más aún que hoy) tenía. Posteriormente, tuve un distanciamento personal con él, no comprendí ciertas decisiones suyas y él no comprendió ciertas decisiones mías, pero siempre le tuve en estima, se la tenía merecida, se lo había ganado a pulso en el período antes mencionado, ya que siempre contó con Juventudes -organización a la que yo representaba- y conmigo también, consultando opiniones, informando... teniendo en cuenta. Hace poco comentaba con Belén, que también fue parte de aquella Gestora, como Ramón nos ayudó a parar el expediente a un compa de JS, Primi (promovido por una de esas personas que no saben digerir tener poder); recuerdo su llamada el 13-M cuando la gente se concentraba delante de las sedes del PP en jornada de reflexión y su explicación al día siguiente, en el que ganamos... ¡Ganamos aquellas elecciones, Ramón!

La última vez que le vi fue hará un mes, en un acto del partido. Me quedo con el recuerdo de ese día, porque aun estando muy ajado estaba muy animado -el mero hecho de estar presente en un acto en su estado da una idea de su espíritu- y pude hablar con él un poco, y darnos un mutuo abrazo que hoy el destino ha revelado como postrero. Al poco volvió a ingresar, con pocas esperanzas. Hace unos días fuimos a verle, a charlar con él un rato que es lo que seguro hubiera querido, Chus, Gonza y yo... la puerta ya estaba cerrada a las visitas, con el correspondiente cartel que parecía anunciar lo que hoy se ha confirmado.

Ramón, acuérdate que después de tí ya no quedarán progres marxistas (esta broma es entre él y yo).

Adiós, Ramón.

jueves, 19 de mayo de 2011

Yo voto a Paloma Sainz


Yo voto a Paloma Sainz, lo tengo claro, y no es ya una cuestión de militancia, es una cuestión de convicción, firme además. No sólo creo que mi voto es mejor porque es útil, sino que mi voto es útil porque es el mejor.


Voto a Paloma Sainz porque merecemos un Oviedo nuevo, una capital europea, abierta e integradora, y cuyos engranajes estén engrasados de transparencia, de democracia. Un Oviedo que facilite a la ciudadanía la información sobre su acción y que tenga en cuenta sus opiniones a la hora de tomar las decisiones.

Voto a Paloma Sainz porque quiero que Oviedo sea un municipio en el que primen los intereses de los vecinos y las vecinas y se actúe para atender a sus necesidades, y no a las ocurrencias de un alcalde que dirige el ayuntamiento a golpe de teléfono desde Benia de Onís.

Voto a Paloma Sainz porque necesito un Oviedo donde la cultura sea abierta, sea diversa y atienda a todos los gustos y sensibilidades. Un Oviedo donde la música no esté perseguida, y donde su ayuntamiento, en vez de mirar para otro lado, apueste por regular los espacios posibles para la difusión de la misma, facilitando las oportunidades para que las personas que hacen música se expresen, la hostelería que les difunde pueda llevar a cabo su actividad, y la gente que somos público con inquietudes tengamos una oferta atractiva.

Voto a Paloma Sainz porque quiero que Oviedo apueste por su gente, facilite las vías para que las personas emprendedoras puedan desarrollar sus proyectos y se aproveche el capital humano del que gozamos.

Voto a Paloma Sainz porque tiene claro que no existe ningún obstáculo para que un municipio, además de aprovecharse de políticas de otras administraciones al respecto, ponga en marcha acciones propias en materia de desarrollo económico, empleo y vivienda complementarias.

Voto a Paloma Sainz porque ha aguantado lo inaguantable, lo que sólo puede provenir de una derecha como la que tenemos en la ciudad, desde comentarios despectivos por su condición de mujer a falacias interesadas e injurias. Y porque, aún así, mantiene su compromiso con la ciudad firme como el primer día y hasta afianzado por tener la oportunidad de luchar porque esas formas de hacer política se vayan de una vez por todas de nuestro municipio.

Voto a Paloma Sainz porque quiero que los responsables del asunto Villa Magdalena paguen, porque las gestiones chapuceras del Alcalde y sus concejales (no olvidemos que TODOS votaron a favor del convenio con Comamsa, con lo que ello implica), y las consecuencias de una expropiación de juzgado de guardia y un pago de deuda en el que se regala la ciudad no pueden quedar impunes ni derivarse su responsabilidad a otra administración. Voto a Paloma Sainz porque quiero que el corazón de la ciudad que es el Campo San Francisco siga como hasta ahora, o mejor.


Voto a Paloma Sainz porque quiero que Oviedo tenga claro que una ciudad se contruye desde la Igualdad, y teniendo en cuenta y haciendo copartícipes de las decisiones que les afectan a las personas jóvenes.

Voto a Paloma Sainz porque quiero un equipo de gobierno realista, que optimice y priorice recursos para hacer frente a las necesidades reales.

Voto a Paloma Sainz porque mucha gente estamos ya hartos, porque hemos vivido media vida (más) con una alcalde que prioriza las farolas y el hormigón sobre las personas y que deja en evidencia el buen nombre de la Política, marginando a medios de comunicación, ridiculizando y persiguiendo a sus adversarios y olvidándose de las mínimas normas del decoro democrático, utilizando el ayuntamiento de modo personal y como si la ciudad fuera suya, y sin siquiera pasarse por el propio ayuntamiento a rendir cuentas en los órganos donde lo deben hacer nuestros y nuestras representantes.

Voto a Paloma Sainz porque quiero un Oviedo donde no pese más ser de una u otra zona, donde todos los barrios, toda la zona rural, tengan los mismos servicios y todo el concejo –y no sólo su núcleo más céntrico- sea una prioridad en sí mismo.

Voto a Paloma Sainz porque tiene respuestas para mejorar la ordenación de la ciudad: salidas, tráfico, fomento –y facilitación- del uso de la bici como medio de transporte, mejora y reorientación del servicio de transporte público, etc.

Voto a Paloma Sainz porque Oviedo necesita ser realmente la capital de Asturias, y no una isla sujeta a los caprichos localistas y paletos de un gobernante que se cree visionario.

Voto a Paloma Sainz porque Oviedo necesita un cambio, y ella es la persona que puede dárselo. Voto a Paloma Sainz porque es la persona preparada para ello, y porque además detrás tiene un equipo formado por personas que pueden aportar a esta ciudad más de lo que nunca han hecho los gobiernos del PP.

Podría dar muchas razones, hablar de muchos temas, pero no voy a extenderme más. Yo voto a Paloma Sainz porque es la alcaldesa que quiero para Oviedo.

jueves, 17 de febrero de 2011

De hechos y consecuencias.

Andan revueltos los papeles en los últimos días hablando de la posibilidad de declarar Bien de Interés Cultural (BIC) el Campo San Francisco. Y digo los papeles porque el eco mediático que esta propuesta está teniendo es inversamente proporcional a la importancia que se le está dando en la calle, donde probablemente lo único que importe sea cómo se puede conseguir: 1.Evitar un expolio a la ciudad como supone regalar el subsuelo a una empresa privada para que pueda explotar un párking en la zona de Uría y 2. Salvar las consecuencias que sobre dicho espacio, el Campo San Francisco, tendrían las propias obras de construcción del aparcamiento.


Centrémonos en los hechos y las consecuencias. Por ejemplo, si una ciudad necesita agua, ese es un hecho, y si no se toman medidas (fomento del ahorro en el consumo, búsqueda de posibles yacimientos o infraestructuras para el abastecimiento…) la consecuencia será que la ciudad en cuestión, o el territorio, podrán sufrir restricciones en el abastecimiento… pero también puede optarse por soluciones erróneas –incluso con buena voluntad- que lleven a la misma conclusión no deseada. Analicemos ahora los hechos que nos ocupan. Un buen día el Ayuntamiento, encarnado en las decisiones unipersonales y cuasi caprichosas de un alcalde venido a más en su grandonismo –y a menos en su capacidad de gestión racional-, decide saldar la deuda adquirida tras una nefasta gestión de la expropiación de Villa Magdalena (no consignación del justiprecio, incremento del valor de la expropiación tras retasación y acumulación de intereses que han multiplicado el dinero que el Ayuntamiento tendría que pagar por una expropiación que, bien realizada, se debería haber saldado en una cantidad en torno a los 4 millones y cuya deuda ronda ahora los 60) invitando a la empresa acreedora a una ronda de ciudad. Sí, invitando a una ronda de ciudad, no tiene otro nombre, y “será por perres, que esto es todo mío, ven y sírvete, y así apañamos lo nuestro”. Suena a broma (y a pitorreo nos toman un poco a la ciudadanía ovetense, sí), pero eso es lo que se desprende cuando un alcalde regala un espacio del subsuelo para la explotación “ad infinitum” de un párking en el corazón de la ciudad, así como unos golosos terrenos en una de las zonas de más crecimiento de la ciudad para construir unos cuantos bloques (y, de paso, perjudicar las posibilidades de estacionamiento de los vecinos de la zona, ya que los terrenos en cuestión ocupan ahora un espacio de aparcamiento que solventa las necesidades de una zona de crecimiento residencial y comercial). Obviamente, ante esto, e independientemente de la desfachatez política que supone no asumir responsabilidades por los garrafales errores de la expropiación de Villa Magdalena, surgen diversas dudas, que enlazan directamente con las consecuencias:


¿Es necesario un nuevo aparcamiento en la zona centro? Yo diría que hay unos cuantos, y en todo caso personalmente apostaría por modelos europeos, de construcción de aparcamiento en rondas exteriores y fomento y mejora del transporte público para llegar al centro desde estos.


¿El regalo del Alcalde para salvar una deuda provocada por su ineficaz gestión comprende sólo y exclusivamente subsuelo –algo que podría ser en principio legal-? Hombre, los parkings suelen tener accesos externos, y la obra contempla una modificación total de la Calle Uría y colindantes, además de suponer un peligro para la salud del principal pulmón de Oviedo en la zona centro, el Campo San Francisco, cuyos árboles, algunos centenarios, es más que probable que se vieran afectados (igual que le sucedería al mosaico del Paseo de Los Álamos, que en un alarde de imaginación el proyecto plantea trasladar, ya explicarán cómo).


Bien, esos son los hechos y las desastrosas consecuencias. ¿Cómo evitar esas consecuencias?


Hay quienes consideran que la panacea que evitará la construcción del párking es la declaración del Parque como BIC. Bien, ¿puede la declaración de BIC evitar las consecuencias? Un análisis simple de la situación podrá decirnos que sí. Obviamente, cualquier persona presumirá que la protección de un espacio como Bien de Interés Cultural servirá para atajar posibles excesos urbanísticos. ¿Sí? Sí, desde luego que así sería si la declaración se diera antes de que el convenio entre el Ayuntamiento y la empresa acreedora estuviera ya firmado. Por contra, actualmente, la consecuencia directa de la declaración del Campo San Francisco como Jardín Histórico (la figura en la que se incluiría) conllevaría que, de pararse las obras sin que medie intervención judicial, y toda vez que según el PGOU es posible construir un parking en ese terreno (la ilegalidad no proviene de hecho en sí de construir un párking) la responsabilidad se derivaría a otra administración, la autonómica, consiguiendo milagrosamente que la empresa acreedora tenga que ser compensada –al estar, repito, firmado el convenio- por una administración que nada ha tenido que ver en el problema. La consecuencia es clara: el creador del problema se va de rositas. Por otra parte, hay que tener en cuenta que la obra no se para si es legal: el modo de pararla es demostrar su ilegalidad, y su ilegalidad se demuestra acudiendo a los tribunales, aduciendo la ausencia de respaldo jurídico que tiene regalar un espacio de la ciudad a un particular para su explotación, modificando el espacio urbano –incluso el exterior, ya que la modificación simplemente del subsuelo podría entrar dentro de lo legal-, cambiando ordenación de tráfico, introduciendo entradas en la superficie para ése párking, y poniendo en peligro el propio Campo San Francisco. Optando por esa vía, la de los tribunales, denunciando la ilegalidad del convenio, quizás se consiga evitar las consecuencias que comentábamos antes, y quizás –nada de quizás, seguro, hay respaldo legal para ello- se consiga parar la agresión que supone el proyecto de párking para la calle Uría. Así es probable que sí se logre. Buscando soluciones simples sin pensar en las consecuencias de las mismas, no.


Y, desde luego, claro que me gustaría que el Campo San Francisco lograra la declaración de Jardín Histórico. Aunque esa figura no esté desarrollada en Asturias y aunque tal declaración conllevaría un largo proceso para su reglamentación y los posteriores trámites de información pública, además de conllevar problemas legales y litigios con particulares y con Ayuntamiento de Oviedo (la declaración de Jardín Histórico tendría que ceñirse al perímetro histórico del parque, por lo que abarcaría bastante más de lo que es actualmente, afectando a propiedades privadas y públicas, y posiblemente teniendo que llevar a cabo expropiaciones o asumir gastos “extra”, como sería el rescate del párking de La Escandalera que el alcalde quiere negociar). Aún así, ojalá el parque pueda sumarse a esa figura de protección en algún momento, de hecho, ojalá lo hubiera sido antes, lo que hubiera evitado la posibilidad de firma de ningún convenio entre el Alcalde (perdón, el Ayuntamiento) y la empresa acreedora. Ahora, una vez firmado, habrá de pararse en los tribunales, es lo lógico. Otras vías podrían derivar en resultados no deseados, ni siquiera para quienes plantearon la posibilidad de realizar ahora la declaración de BIC, puede que sin pararse a pensar las consecuencias que se derivarían de sus hechos. La solución está en los tribunales, y seguro que será la que queremos todas las personas que estamos en contra de tan tremendo ataque al corazón de nuestra ciudad.